Astaxantina - El antioxidante rojo del mar

 

La astaxantina es un carotenoide, más concretamente una xantofila, y por tanto pertenece al grupo de los pigmentos liposolubles. Se forma en el alga marina Haematococcus pluvialis, entre otras. Animales como el salmón y los flamencos deben su color a la ingesta de esta alga. Afortunadamente, la astaxantina en la concentración adecuada no tiene un efecto cromático en nosotros los humanos, pero tiene una serie de propiedades positivas que podemos aprovechar. 


Todoterreno para todo el cuerpo.

 

La astaxantina tiene, entre otras cosas, efectos positivos en ... 

 

La piel: La astaxantina protege la piel de la radiación UV y del consiguiente estrés oxidativo causado por los radicales libres. Estas son moléculas muy reactivas e inestables, especialmente los compuestos de oxígeno, que carecen de un electrón. Para estabilizarse, se la quitan a otras moléculas de la piel dañanándolas. Las concentraciones especialmente elevadas de radicales libres pueden ser causadas por la luz ultravioleta, el consumo de tabaco y alcohol, el estrés permanente o la contaminación atmosférica, entre otras cosas. Los radicales libres son los principales responsables del envejecimiento prematuro de la piel, por lo que la astaxantina, y su efecto antioxidante y antiinflamatorio, es especialmente útil en casos de inflamación de la superficie cutánea. 

 

El cerebro: La astaxantina puede ralentizar el deterioro de las neuronas de nuestro cerebro relacionado con la edad. También tiene un efecto antioxidante y antiinflamatorio y activa los sistemas enzimáticos que previenen el estrés oxidativo. Además, protege contra la deposición de ciertas proteínas que se producen especialmente en la demencia de Alzheimer y puede reducir los daños nerviosos causados por la enfermedad de Parkinson o un accidente cerebrovascular.

 

Las articulaciones: Las propiedades antiinflamatorias de la astaxantina también pueden utilizarse para los problemas articulares. Se utiliza principalmente para las inflamaciones articulares crónicas.

 

Los ojos: Numerosos estudios demuestran el efecto positivo de la astaxantina sobre los ojos y la retina. Puede atravesar la barrera sangre-retina y acumularse en ella. Se ha investigado especialmente su efecto positivo sobre la degeneración macular asociada a la edad, las cataratas y el glaucoma, las enfermedades inflamatorias como la retinitis o la iritis y la retinopatía diabética.

 

El corazón: El estrés oxidativo y la inflamación están relacionados con el desarrollo de enfermedades cardiovasculares. Los posibles efectos positivos de la astaxantina en la salud cardiovascular ya se han demostrado en numerosos estudios preclínicos. En consecuencia, la astaxantina puede utilizarse para prevenir la evolución o como ayuda en el tratamiento de las enfermedades cardiovasculares, especialmente la aterosclerosis. Los deportistas también pueden beneficiarse de la astaxantina. El llamado "efecto cardiotónico" muestra que el corazón puede regenerarse más fácilmente después de una carrera de larga distancia debido a la mejora de la circulación sanguínea. 

 

El balance energético: Varios estudios también han analizado el efecto de la astaxantina para mejorar el rendimiento. En un estudio, realizado durante un mes, participaron ciclistas que tomaron 4 mg de astaxantina al día. El ensayo controlado con placebo demostró que las personas que lo tomaron pudieron optimizar su rendimiento: llegaron a la meta 2 minutos más rápido de media. En el grupo de comparación, no se encontró ningún cambio significativo en los participantes del estudio que recibieron un placebo.


¿La astaxantina, una cura milagrosa? - No exactamente.

 

Como la mayoría de los complementos alimenticios, la astaxantina no es la panacea. Sin embargo, muchas dolencias tienen la misma causa: el estrés oxidativo y/o la inflamación del organismo. La astaxantina puede influir positivamente en varias dolencias físicas si se toma regularmente. Además, debe consultarse a un médico, especialmente en el caso de dolencias crónicas. Los factores que tienen un efecto negativo sobre las enfermedades existentes o en desarrollo también deben reducirse en la medida de lo posible.


Las algas verdes como fuente natural de astaxantina.

 

Los estudios in vitro han demostrado que la astaxantina natural tiene 50 veces más actividad antioxidante que la astaxantina sintética. Las algas como la Haematococcus pluvialis se consideran fuentes naturales de astaxantina. Si las algas verdes se ven sometidas a estrés, acumulan astaxantina en sus células para autoprotegerse, lo que las protege, sobre todo, de las radiaciones UV nocivas y de las carencias de nutrientes. Las algas pasan entonces del verde al rojo. Este estrés ambiental puede significar la ausencia de comida o agua, o temperaturas demasiado altas. La astaxantina tiene un factor de protección oxidativa tan alto que las células pueden sobrevivir durante varios años en condiciones climáticas extremas sin comida ni agua.

 

Fuentes: 

 

https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/31814873/
https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/29690549/
https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/33155666/
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5946307/
https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/22628205/
Nir, Y., G. Spiller, and C. Multz. "Effect of an astaxanthin containing product on rheumatoid arthritis." Journal of the American College of Nutrition 21.5 (2002): 490.

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