El desperdicio de comida: un problema social, ambiental, económico y sobre todo, tuyo

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España está en el séptimo lugar en relación al desperdicio de comida, principalmente: frutas, verduras y panificados (1) ¿no te sientes identificado? 

 

Tienes que hacer la compra, vas al supermercado: encuentras que las bananas están de rebajas y te llevas 2 kg para aprovechar. Al pasar por la sección de vegetales te apetece comer ensaladas, entonces añades una variedad de verduras a tu carrito. Al pasar por la panadería no recuerdas si quedaba pan en casa, por si acaso llevas más.

 

Una semana después… la mitad de tus bananas se han puesto feas, ya blandas y negras no te gustan así que las tiras. Tus lechugas están mustias y ya no sirven para ensalada, también van a la basura, acompañadas de algunas zanahorias que se han deshidratado y unos pepinos en mal estado. Además resultó que sí te quedaba pan, pero ahora le ha salido moho ¡a la basura!

 

Es difícil verlo por escrito pero no está muy lejos de la realidad ¿verdad? A esto le sumamos los trozos de frutas y verduras que “estaban feos” y hemos quitado, y las cáscaras de zanahorias, pepinos, manzanas, etc. que nos han enseñado a pelar desde pequeños.

 

Ahora, imagina esto multiplicado por millones de personas en el mundo ¿imaginas a cuántas personas podrías alimentar con estos desperdicios?

 

Se estima que se podrían alimentar a los 821 millones de personas con desnutrición crónica en el mundo. (2)

 

Y es que cada año, las personas de países ricos desperdician casi tanta comida como toda la producción neta de comida en África Subsahariana, esto equivale a 230 millones de toneladas. 

⅓ de toda la comida en el mundo se pierde o desperdicia, es decir 1.3 billones de toneladas. (3)

 

¿Pérdida vs desperdicio? 

 

La pérdida puede darse durante todo el ciclo de vida de los alimentos, pero generalmente se da durante los procesos de cosecha o producción, y suele ser debido a factores climáticos, falta de tecnología o sistemas de almacenamiento adecuados, problemas de transporte, rotura de la cadena de frío, aparición de plagas, etc.

 

El desperdicio se refiere a alimentos que se descartaron habiendo sido aptos para el consumo, se da generalmente a nivel retailer o consumidor, y se debe principalmente a exigencias muy difíciles de alcanzar, o estándares de apariencia que no se relacionan directamente con la verdadera calidad del producto. (4)

 

De hecho en Europa el desperdicio por parte de los consumidores es de 95 a 115 kg por persona por año, mientras que en el sur de Asia es de 6 a 11 kg por año. Particularmente en España, según el estudio HISPACOOP (2003) se tiran al año, 1.5 millones de toneladas de alimentos perfectamente válidos para su consumo. Principalmente, frutas, verduras y pan. (5)

 

Estos son los países de la UE con mayor desperdicio:

 
  • Reino Unido ocupa el primer lugar con 14.4 millones de toneladas
  • Alemania el segundo con 10.4 millones de toneladas
  • Holanda, en tercer lugar con 9.4 millones de toneladas
  • Francia, le sigue de cerca con 9 millones de toneladas
  • Polonia con un total 8.9 millones de toneladas
  • Italia con 8.8 millones de toneladas
  • España, en séptimo lugar con 7.7 millones de toneladas
 

Un problema medio ambiental:

 

Los problemas del desperdicio de alimentos no terminan en esa banana que no se pudo comer, sino que están ligados a una cadena de producción y despilfarro de recursos naturales.

 

Detrás del desperdicio de comida se esconde también la pérdida de recursos como: agua, vitaminas y minerales presentes en la tierra, energía, horas y esfuerzo de trabajo, fertilizantes y tierra. Recursos que se han utilizado en vano, para que luego esos alimentos vayan a parar al vertedero, donde al descomponerse contribuyen a la producción de gases de efecto invernadero y por tanto al cambio climático. De hecho se estima que el gas metano generado globalmente a partir del desperdicio de alimentos equivale al 7% del total de emisiones de GEI.

 

Además la producción masiva y poco planificada causa la degradación de las tierras, inhabilitándolas a largo plazo, debido a la pérdida de nutrientes y uso de pesticidas. Todo para la producción de alimentos que jamás serán consumidos.

 

Un problema económico y social:

 

Se estima que para el 2030 el costo total del desperdicio de comida podría alcanzar los 600 billones de dólares. Mientras que los recursos son cada vez más escasos, las fuentes de agua potable se reducen y los precios de los alimentos crecen.

 

Como consumidores del primer mundo tenemos un impactante poder sobre el precio de los alimentos. Una gran parte de los productos que consumimos tienen su origen en países subdesarrollados, por lo que nuestra demanda y consiguiente desperdicio de alimentos, no solo eleva los costos de producción, sino que explota tierras (que deberían ser usadas para la cosecha de alimentos para las poblaciones nativas) bajo estándares y requerimientos muy exigentes que no permiten la recuperación de las tierras causando la degradación de los hábitat naturales.

 

Pero no solo es un problema económico, sino ético y social, considerando que 1.5 millones de niños mueren cada año a causa de la desnutrición mientras que en nuestros hogares desperdiciamos millones de toneladas de alimentos. (2) Todos esos niños podrían ser alimentados con menos de la mitad de los alimentos que desperdiciamos. No suena muy justo ¿verdad?

 

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El problema también es tuyo

 

Aunque los retailers y supermercados son responsables de un gran porcentaje de estas pérdidas, el consumidor es responsable de un 42% del total del desperdicio de comida. 

 

Según la FAO (3):

 
  • Un 30% de los cereales producidos en el mundo se desperdician cada año. Esto equivale a 763 billones de cajas de pasta. Y en Europa más de la mitad se dan en la etapa de consumo, es decir irresponsabilidad de los consumidores.
     
  • Un 20% de los lácteos también se desperdician, aunque estas cifras corresponden en su gran mayoría a Norte América y Oceanía, en Europa equivale a 29 millones de toneladas de productos lácteos. Si contamos el impacto medio ambiental que tiene la producción de esta clase de productos, estos números son realmente preocupantes.
     
  • De igual forma un 55% de la carne producida a nivel mundial se desperdicia cada año, de los cuales un 35% corresponde a animales marinos. De hecho la pesca en muchos casos se ha vuelto una práctica poco sustentable ya que las grandes redes de pesca no pueden ser selectivas, por lo que un 8% de los animales marinos que se ven atrapados en estas redes son devueltos al mar, ya que no los consideran “útiles”, sin embargo la mayor parte de ellos ya se encuentran muertos o extremadamente heridos en este momento. 
     
  • El premio se lo llevan las frutas y verduras con un altísimo número de desperdicios cada año. Ya que un 45% de todas las frutas y vegetales producidas a nivel mundial se desperdician en las diferentes etapas de producción y consumo. Esto equivale a 3.7 trillones de manzanas. Mientras que los tubérculos y raíces como patatas y zanahorias tienen un porcentaje de pérdida igualmente alarmante (45%) especialmente en Norte américa y Oceanía ¿imaginas a cuantas patatas corresponde? La FAO tiene la respuesta: más de 1 billón de bolsas de patatas.
 

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¿Qué puedes hacer?

 

Aceptar nuestra responsabilidad e intentar aportar nuestro granito de arena para solucionar este problema es el primer paso. Aunque podemos y debemos exigir mejores prácticas a las industrias y productores de alimentos, así como a los supermercados, aquí hay algunas medidas que puedes tomar tú para prevenirlo:

 
  1. Planifica tus comidas con antelación: Decide qué recetas prepararás y los ingredientes que necesitas, revisa tu frigorífico para aprovechar los alimentos que aún tienes disponibles y escribe tu lista de compra. Atenerte a ella y evitar caer en la tentación de promociones te ayudará a llevar la cantidad de comida necesaria y no más.
     
  2. Reinventa y sé creativo: Aprende a amar tus sobras, intenta utilizar los restos de vegetales o platillos que han quedado olvidados en tu nevera en una receta creativa antes de hacer la compra. Hay miles de opciones online para inspirarte.
     
  3. Olvida los estándares de belleza: Ama a todas las frutas y vegetales por igual, muchas veces aquellas más maduras, deformes o extrañas son las que mejor saben. Recuerda que tu compra es un voto, si nunca eliges las zanahorias trillizas o las bananas maduras esto será una señal para los supermercados y provocará que continúen rechazando esta clase de frutas y verduras de los agricultores.
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  4. No te fíes de la fecha de vencimiento: Esta fecha es un estimativo, y usualmente indica que a partir de ese momento el producto comenzará a perder calidad, pero no siempre indica que no está apto para su consumo, mejor guíate con tu instinto y tu olfato.
     
  5. No hagas una biopsia a tus vegetales y frutas: las pequeñas manchas negras o imperfecciones en la cáscara son normales, no debes quitarlas siempre. Las cáscaras suelen concentrar una mayor cantidad de nutrientes, si compras orgánico y las lavas bien no hay motivo para pelarlas.
     
  6. Haz caldo: Una excelente forma de utilizar las cáscaras que has quitado, las puntas de las zanahorias o el corazón del pimiento es lavarlos bien y congelarlos para utilizarlos luego en tus caldos. ¡Te prometo que sabrá delicioso!
     
  7. Congela y almacena: Estar atento al estado de tus alimentos es fundamental para evitar su desperdicio, así puedes actuar antes de que sea demasiado tarde. Puedes congelar bananas ya peladas para helados, hacer cubitos de caldo con especias, o congelar tus sobras para emergencias: los guisos o estofados son perfectos para esto.
     
  8. Composta: Busca composteras municipales, consulta a los granjeros o en tu tienda orgánica más cercana. También puedes tener una compostera en casa, allí puedes tirar todos los restos de tus frutas y verduras y reducir la cantidad de gas metano que se produce luego a causa de estos alimentos en los vertederos.
     
  9. Elige bien dónde comprar: Algunas tiendas como “Soy comida perfecta” ofrecen alimentos con una fecha de caducidad próxima o algunos defectos que no afectan su calidad. No solo cuidas el medio ambiente sino que te ahorras dinero, pues suelen tener muy buenos descuentos.
 

También puedes donar tus comidas a bancos de alimentos o personas que lo necesiten, nunca subestimes la cantidad de gente que estará feliz de recibir los alimentos que para ti ya no son satisfactorios. No solo estarás ayudando, sino que estarás contribuyendo al cuidado del planeta.

 

¿Estás listo para hacer la diferencia? ¡Juntos podemos! 

 

 

Fuentes:

  1. Ministerio de agricultura, pesca y alimentación, Gobierno de España, “Estrategia más alimento, menos desperdicio” Recuperado de: https://www.mapa.gob.es/es/alimentacion/temas/estrategia-mas-alimento-menos-desperdicio/Definiciones_cifras.aspx
  2. Food and Agriculture Organization (FAO), Global hunger continues to rise, new UN report says. Recuperado de: http://www.fao.org/news/story/en/item/1152031/icode/
  3. FAO (2012). Pérdidas y desperdicio de alimentos en el mundo – Alcance, causas y prevención. Roma.
  4. Food and Agriculture Organization (FAO), Food Loss and Food Waste Recuperado de: http://www.fao.org/food-loss-and-food-waste/en/
  5. Confederación de Cooperativas de Consumidores y Usuarios (Hispacoop) 2012. Estudio sobre el desperdicio en los hogares.


 

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