Deficiencia de yodo y problemas de tiroides: ¿Siempre tenemos que recurrir a la sal?

 

Es difícil de creer, pero en Europa la carencia de yodo sigue estando muy extendida. En países europeos, como Francia, Alemania y Gran Bretaña, también tienen suelos pobres en yodo y, en total, alrededor del 40% de la población europea sufre una deficiencia leve o moderada. [2]

El yodo es un micronutriente esencial presente en el cuerpo humano en pequeñas cantidades (15-20 mg) y concentrado casi exclusivamente en la glándula tiroides en la base del cuello. La demanda media de este mineral es de 150 μg por día [1] y no es alcanzada por cerca del 35% de la población. Según las estimaciones de la Organización Mundial de la Salud, la carencia de yodo es uno de los problemas de salud pública más graves y da lugar a varias enfermedades, más o menos graves según la edad y el sexo.

 

¿Para qué necesitamos el yodo?

El yodo es esencial en nuestro organismo para la producción de hormonas tiroideas (tiroxina o T4 y triyodotironina o T3) que regulan numerosos procesos metabólicos en la mayoría de las células y desempeñan un papel muy importante en las primeras etapas del crecimiento y el desarrollo de diversos órganos, en particular el cerebro. 3] En caso de ingesta insuficiente de yodo, la glándula tiroides es incapaz de producir cantidades suficientes de hormonas tiroideas. La consecuencia más conocida de la deficiencia de yodo es el bocio, es decir, el agrandamiento de la glándula tiroides [4]. Aunque el bocio es el efecto más frecuente, las consecuencias más graves de la carencia de yodo son los daños al sistema nervioso central y periférico, para cuyo desarrollo son esenciales las hormonas tiroideas.

La carencia de yodo desempeña un papel fundamental, especialmente en las mujeres embarazadas, los niños y los adolescentes, porque las hormonas tiroideas afectan al desarrollo y el crecimiento de los huesos y el cerebro.  Un suministro insuficiente puede provocar trastornos del desarrollo del cerebro con dificultades de aprendizaje y memoria, así como cambios estructurales en la glándula tiroides. 5] Durante el embarazo y la lactancia, un suministro insuficiente de yodo puede provocar daños irreversibles en el cerebro y el sistema nervioso central y, por consiguiente, un retraso mental permanente. [6]

 

¿Por qué falta?

La principal fuente de yodo para el organismo humano son los alimentos [4], pero el contenido de yodo es extremadamente variable: en las plantas su presencia depende del yodo presente en el suelo donde se cultivan, mientras que en los alimentos de origen animal depende del yodo que consumen los animales con los alimentos. Los alimentos más ricos en yodo son los peces de mar, las algas y los crustáceos. Los huevos, la leche y la carne también contienen cantidades importantes [7] [2], pero esto se debe principalmente a que el yodo se añade a la alimentación animal, que luego se encuentra en los piensos. 3] Sin embargo, la cantidad media que normalmente consume la población, incluso con una dieta variada, es insuficiente para cumplir con la ingesta diaria recomendada de yodo. [8]

 

¿Cómo podemos aumentar la ingesta de yodo?

La mejor manera de aumentar la cantidad de yodo que introducimos cada día es utilizar sal con yodo en lugar de la sal ordinaria como parte de una dieta variada y equilibrada. Sin embargo, al mismo tiempo es necesario reducir la ingesta habitual de sal, ya que los altos aportes de sodio aumentan el riesgo de enfermedades cardiovasculares. [9] Así que, ¿por qué no probar otras alternativas?

 

Yodo: ¡Por suerte también puede ser vegetal!

Una alternativa a la sal yodada son los suplementos a base de yodo. Sin embargo, muchos productos en el mercado son de origen sintético. Sin embargo, nuestro producto es exclusivamente de origen natural y se basa en el alga kelp (Ascophyllum Nodosum) de cultivo orgánico certificado. Con 150 µg de yodo por cápsula se obtiene el 100% de la cantidad diaria recomendada de yodo. Esto asegura un suministro óptimo de yodo al cuerpo.

Además, la ventaja de elegir un producto 100% natural sobre uno sintético es ciertamente la mayor biodisponibilidad: el yodo contenido naturalmente en esta alga es mejor absorbido y metabolizado por nuestro cuerpo. Además, el alga kelp, además de tener un alto contenido de yodo, también es rica en otros minerales y oligoelementos. Por último, a diferencia de los productos de otros fabricantes, no utilizamos aditivos como el estearato de magnesio, el dióxido de titanio o el carboximetilalmidón. Cabe recordar que, dado su contenido de yodo, el alga kelp está contraindicada en casos de hipertiroidismo.

 

Fuentes

[1] Europäische Union, Verordnung (EU) Nr. 1169/2011 des Europäischen Parlaments und des Rates vom 25. Oktober 2011 betreffend die Information der Verbraucher über Lebensmittel (...). (2011)
[2] Gärtner, Recent data on iodine intake in Germany and Europe. Journal of Trace Elements in Medicine and Biology (2016)
[3] German Federal Institute for Risk management (BfR), Iodine intake in Germany on the decline again - tips for a good iodine supply. (2020)
[4] Zimmermann et al., Iodine-deficiency disorders. Laboratory for Human Nutrition, Swiss Federal Institute of Technology Zürich (2008)
[5] Arbeitskreis Jodmangel, Gesundheitliche Risiken des Jodmangels. (2020)
[6] Taylor et al., Iodine supplementation in pregnancy – is it time? Clinical Endocrinology (2016)
[7] Martino et al., A new source of volatile organoiodine compounds in surface seawater. GEOPHYSICAL RESEARCH LETTERS (2009)
[8] Arbeitskreis Jodmangel, Jod in der Ernährung. (2020)
[9] Malta et al., High sodium intake increases blood pressure and risk of kidney disease. From the Science of Salt: A regularly updated systematic review of salt and health outcomes. WORLD HYPERTENSION LEAGUE (2018)

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